21 de julio de 2014

La delgada linea roja

Hoy voy a hacer de crítico cinematográfico, un tipo de gente peligrosa, por que a veces sus demoledoras opiniones pueden condicionar nuestra forma de ver y entender, sin dejar de recordar que Picasso no hacía distinción entre tontos y críticos de arte (aunque otras veces tienen más razón que un santo), así que allá vamos. En 1962 un veterano de la batalla de Guadalcanal, James Jones, escribía una novel titulada "La delgada linea roja"(The thing red line), basada en su experiencia y sus memorias de la guerra. Este libro, sirvió para que Terrence Malick adaptase la novela a una película homónima en 1998. Creo que la mejor definición que se le ha dado, proviene de un crítico de cine que la calificó como "una obra maestra del cine bélico y antibélico".

Para poder comprender mejor la obra debemos saber algo sobre su creador, ya que Malick es un auténtico genio. Filósofo de formación y artista de profesión, es maestro en darle a sus obras una profundidad asombrosa. Digamos que no hace cine para tontos. La delgada linea roja es una película sublime, pero hay que estar muy atentos por que cuesta entender todos sus matices. No hay ninguna frase pronunciada en balde ni ningún momento donde nuestra mente pueda dejar de aplicar todos sus sentidos. Las reflexiones que nos deja son de mucho calado y seguramente nos hará falta ver el film varias veces para poder comprender la plenitud y el difícil sentido de unidad y coherencia que tiene el argumento. A cambio, uno hallará una ventana abierta a la mente, el alma y el corazón humano, todo a la vez, una tarea titánica que no deja pasar a nadie desapercibido.

La historia en esencia nos muestra principalmente escenas de guerra (a menudo muy duras) en el marco de la batalla de Guadalcanal (1942), a través de varios personajes que cumplen el rol de coprotagonistas. Una de las cosas más destacables resulta el hecho de que el guión no sigue la clásica estructura simplista de tres partes: presentación, nudo y desenlace, pues no encontrará ninguna de ellas. La gracia consiste en que la historia nos lleva a un plano superior, más centrada en los sentimientos que en los hechos, que a menudo resultan algo difíciles de situar espacio-temporalmente. Otra característica importante es el rol que juegan los numerosos actores que participan. Como señalé antes, no se puede hablan con propiedad de un protagonista, ya que la carga dramática descansa sobre los hombros de muchos, cada uno con diferentes formas de ver la vida y de afrontar su presente y su futuro. Sin embargo si existe un personaje central, aglutinador, ese es el soldado Witt, interpretado asombrosamente por Jim Caviezel, que comprende a la perfección el sentido de la película y el papel que desempeña en ella, y le transmite a su personaje una fuerza sobrecogedora.

Nick Nolte tampoco se queda rezagado y saca lo mejor que tiene y el siempre grande Sean Penn, representando el lado oscuro del alma, junto con Caviezel su opuesto, hacen una de las parejas más afortunadas de toda la historia del cine. Junto a ellos actúa un elenco de actores famosos impresionante para una obra de este tipo, por citar algunos; Adrien Brody, John travolta, John Cusack, Woody Harrelson etc... incluso George Clooney hace un cameo al final. Sin duda la aportación de tanto talento junto acaba de funcionar de una forma sinergética. En vez de ver grandes actores en el papel de estrellas a los que nos tienen acostumbrados, actúan con mucha humildad, en roles donde nunca esperaríamos verles, incluso rozando papeles secundarios o meros cameos, pero que como gota de aguas, todas juntas acaban por formar un torrente, ¡y vaya que torrente!.

Si todas las alabanzas anteriores ya pueden despertar la curiosidad de algunos o el recelo de otros, aun iré un paso más allá, ya que a este equipo de lujo se sumó Hans Zimmer en la banda sonora. El resultado fue algo a lo que el bueno de Hans nos tiene muy acostumbrados; obra maestra. Se produce otro de esos raros momentos en los que la música va como anillo al dedo, esos momentos donde nos sería imposible imaginar otra banda sonora mejor o dejar de asociar el título a la melodía. Simplemente preciosa.

La verdad es que las reflexiones filosóficas son difíciles de extraer, incluso subjetivas, pero así es el ser humano. Muchos hombres en el cuerpo de uno solo. Tampoco es una película histórica propiamente dicha. Más bien diría que es ambientada. La recreación de equipos y materiales es muy buena, pero el que espere revivir la guerra del pacífico va desencaminado. La acción está siempre subordinada a la emoción y es algo que no debemos olvidar. Puede que incluso en ciertos momentos nos pueda abrumar, y nuestra atención se relaje, pero no me cabe duda alguna, de que después de verla, todos nos conoceremos un poco mejor a nosotros mismos. Lástima que de los siete Oscars a los que estuvo nominada no se llevase ninguno. Pero desgraciadamente hoy pesan más los buenos resultados a las buenas ideas, incluso en el cine.

Este sitio está dedicado a la memoria de Indro Montanelli. Cualquier difusión de su contenido requiere permiso de su autor y mención a la fuente, siempre sin ánimo de lucro © 2015, Madrid.