29 de noviembre de 2009

Juliano : Un Emperador viviendo entre Dioses y Legiones

Triste es muchas veces el fín de una era. Luchar desesperadamente por aquello en lo que se cree siempre es noble y admirable, aunque por ello seas maldecido para siempre. Flavio Claudio Juliano era sobrino del emperador Constantino, el hombre que había otorgado a los cristianos un nuevo papel en la historia ya no como siervos sino como amos. Mientras este vivió tuvo una feliz infancia en el palacio imperial, pero todo esto se acabó con brusquedad una noche del año 337 d.C. Cuando murió Constantino. Sus 3 hijos inmediatamente comenzaron una lucha fratricida por el poder y toda la familia imperial fue asesinada , salvándose solo los pequeños niños Juliano y su hermano Galo, que fueron enviados a pudrirse, bajo arresto domiciliario en una finca de Capadocia donde no se les permitía ver a nadie salvo al obispo .


Mientras tanto se había erigido vencedor de la guerra y dueño del imperio Constancio, el hijo menor de Constantino, al que tocaban ahora las arduas tareas de enterrar a toda su familia y reorganizar el imperio que su padre hubo dejado intacto y fuerte pero que ahora a consecuencia de las guerras civiles se encontraba débil , amenazado en sus fronteras por persas y germanos, con una inflación galopante y un cisma entre arrianos o atanasianos que laceraba la iglesia y al imperio. Pero el hecho de no tener herederos le preocupaba en exceso y  acordose de sus ya jóvenes primos que seguían confinados. Desconfiaba de ellos como de todo el mundo, pues era un tirano y bajo su reinado la policía secreta convirtió el Imperio romano en lo que hace 30 años era la URSS , no obstante fue un buen gestor y gobernó con prudencia aunque no tenía la capacidad, ni la inteligencia para sacar al Imperio adelante, hacía falta otra persona.

Así pues eligió a Galo para que fuese su sucesor en caso de que algo le pasase y en espera de que pudiese engendrar hijos propios, nombrándolo César de Oriente y otorgándole enormes poderes y estableciendose en Antioquía. Pero las cosas no resultaron como había planeado. Galo, según la fuente de referencia de esta época, Amiano Marcelino, era un monstruo, cruel y vicioso. Se parecía a Calígula, y llegó a cometer autenticas matanzas instaurando un reinado de terror. Ante esta situación, el emperador rectificó su error y le hizo ejecutar por traición en 355 d. C.

Mientras tanto Juliano se habia pasado toda su adolescencia estudiando y recibiendo una formación amplisima, asistiendo a clases de los mejores maestros y obispos de la época y visitando las más prestigiosas universidades de oriente.Le apasionaba la filosofía a la que quería dedicar su vida y estaba enamorado del clasicismo y la cultura griega. Era brillante. En un determinado momento se puso en contacto con los cultos mistéricos, repudió el cristianismo y se convirtió a la antigua religión pagana, que era aun la de la mayoría de gentes del imperio.

Sin duda, el paganismo con el contenido filosófico que lo envolvía y tanto le apasionaba, le llenaba más que una religión nueva a la que culpaba de los males de su época y predicada por quienes se dedicaban a matarse los unos a los otros acusándose de herejes, en vez de seguir las autenticas enseñanzas del Galileo.

Así, tras haber matado a Galo, Constancio tras muchas vacilaciones eligió a Juliano y le envió a la Galia, donde debía afrontar a los germanos que la habían invadido. Asistido por el gran general Salustio el joven Juliano de 23 años se convirtió en un genio militar. Afrontó a 35.000 bárbaros en Estrasburgo, los venció y tomó a sus siete líderes prisioneros, empezando por el rey Cnodomar. Restableció el prestigio imperial en occidente y le dio un nuevo vigor a la administración e impuso un nuevo sistema tributario, más eficiente y benévolo con la gente arruinada. Era justo, era bueno y estaba siempre rodeado de filósofos, maestros y eruditos.

Ante estas nuevas, el emperador, envidioso de sus éxitos, trató de arrebatarle su ejército y relegarlo de nuevo a la oscuridad, pero esta vez, Juliano no lo iba a permitir. Mientras Constancio estaba ocupado guerreando con los persas, marchó contra él, e invadió todas las provincias de occidente en solo 3 meses, llegando hasta  las puertas de Constantinopla.

Pese a todo no hubo guerra, pues el emperador murió de enfermedad por el camino, y Juliano fue proclamado Augusto en el invierno de 361. Apenas ocupó el trono se propuso resucitar el paganismo y erradicar el cristianismo, pero mediante la razón  no del cuchillo. Dio a los paganos una organización similar a la de la iglesia, con él a la cabeza y prohibió a los cristianos la enseñanza de los clásicos.También permitió que retornaran del exilio todos los obispos proscritos para que sin duda se pusieran a litigar y se destruyesen entre ellos. Por todo esto fue llamado apóstata y ha sido defenestrado durante siglos.

Pero a pesar de los problemas religiosos, él sí era el hombre que el Imperio necesitaba.Tenía el espíritu  del antiguo romano republicano yendo a pie al senado todos los días como uno más. No permitió lujos ni despilfarros y vivó en absoluta austeridad, como un autentico filósofo. Colocó a gente competente en la administración, reorganizó el ejército y comenzó a preparar las reformas que harían que Roma volviese a ser lo que fue.

Solo había un problema, la frontera oriental no estaba segura. Así que Juliano se propuso invadir Persia como Alejandro, Antonio y Trajano antes que él, y acabar para siempre con esa amenaza. Al frente del mayor y mejor ejército de la época y reuniendo una flota en el río Tigris de 1000 naves, llegó rápidamente a Ctesifonte , la capital enemiga , pero es asedio fracasó, pues la dureza del terreno y la falta de alimentos le obligaron a retirarse parcialmente. En el verano de 363 d.C., durante el camino de vuelt , llegó al valle de Maranga, donde libró la mayor batalla contra el ejército del Gran Rey persa y lo derrotó. Aun así, en medio de la confusión y dado que el emperador luchaba siempre en primera linea, recibió una lanzada en el costado que le costó la vida. Se dice que fue una lanza romana y se especula que fue un soldado cristiano quien lo hizo, pero su muerte esta envuelta en el misterio y a sido materia prima de muchos novelistas exitosos.


Con su muerte el imperio se fue desintegrando rápidamente. Había desaparecido el escudo que lo protegía frente a los bárbaros. Lástima que uno de los mejores emperadores que hayan existido jamas desapareciese tan pronto y su sueño que era Roma se fuese con él.

Este sitio está dedicado a la memoria de Indro Montanelli. Cualquier difusión de su contenido requiere permiso de su autor y mención a la fuente, siempre sin ánimo de lucro © 2015, Madrid.