25 de noviembre de 2009

Yukio Mishima : el último samurai de pluma y espada

Yukio Mishima nació en Tokio en 1925 dentro del seno de una familia de ascendencia samurai. Criado por un padre que admiraba a Hitler y por una oscura abuela que le sometió a una educación severisima y elitista que le prohibía jugar con otros niños, no debió de tener una infancia fácil. Desde pequeño fue inculcado en los valores del Japón imperial y al estallar la II Guerra Mundial fue a alistarse en el ejército, donde fue inadmitido por padecer una supuesta tuberculosis (que realmente era un catarro), por lo que lo mandaron a una fábrica de bombas. Acabada la guerra , su padre lo obligó a estudiar Derecho en la universidad de Tokio, donde pronto se licenció, poniendose a trabajar en el ministerio de economía.

Paralelamente a su carrera profesional , ya desde niño había sido muy aficionado a la lectura y escribía con profusión todo tipo de relatos a escondidas de su padre que bajo el látigo se lo tenía prohibido.
Su enorme talento y la suerte de tener tener grandes maestros y mentores le llevó a dejar esa sórdida vida de funcionario y dedicarse por entero a su gran pasión , la literatura. Escribió un poco de todo : novelas, ensayos entre lo político y lo filosófico, obras de kabuki ... que le valieron ya desde muy joven una gran fama nacional e internacional siendo propuesto 3 veces para el premio Nobel (que le fue otorgado a su mentor Yasunari Kawabata en lugar de a el) y convirtiéndole en uno de los colosos de la literatura japonesa y mundial de todos los tiempos.

Todo tiene dos caras. Mishima tenía una ideología muy peculiar con la que siempre aliñaba sus obras. El era un samurai, que tanto por su educación como por su carácter defendía el militarismo y el espíritu guerrero así como los valores tradicionales de la sociedad japonesa. Propugnaba un odio atroz contra comunistas y americanos queriendo devolver la gloria al antiguo imperio nipon y quería a toda costa que el emperador volviese asumir el poder real y el papel que le correspondía como líder de la nación. Admiraba a líderes militares revolucionarios y carismáticos como el Che Guevara, aunque sus principales tesis eran de índole moral, poco pragmáticas que sintetizó en su libro "lecciones espirituales para jóvenes samurais".

Se le ha tachado de duro fascista, pero a pesar de lo que pueda parecer o de la interpretación que de el hacen un montón de obtusos, era un genio, joven y romántico, repleto de patriotismo que miró a su alrededor y vio que su mundo se iba al traste y que su cultura se diluía como el antiguo imperio que no pudo o no supo defender. Debió de sentir las mismas inquietudes que muchos de nosotros por la política y los problemas sociales lo que unido a su natural carácter de líder lo empujó a la frustración y al radicalismo. Se especula sobre su homosexsualidad debido a que solía frecuentar bares gays (recordemos que en Japón más tradicional el autentico amor era el amor entre hombres y la homosexualidad estaba bien vista hasta la era de Meiji) y por la forma en que escribió sobre el tema en su novela "confesiones de una máscara".También interpretó algunos papeles como actor en el mundo del cine.

En 1967 tras un duro entrenamiento físico y de práctica de kendo, se alistó en el ejército y creó un grupo, el Tatenokai, compuesto por jóvenes soldados que compartían sus ideas y con el que en 1970 dio un golpe de Estado que no fue respaldado por el resto del ejército.Viendo su fracaso se quitó la vida mediante seppuku a los pocos minutos pero habiendo terminado ya su obra capital, la tetralogía novelística de "el mar de la fertilidad" y escrito el tradicional poema de despedida.


Muere el más grande escritor japonés de posguerra y con el, los valores tradicionales que defendía y que pretendió salvar de la imparable decadencia a la que se enfrentaba y a la que se enfrenta.

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